A LA DERIVA
A la deriva vago,
porque ya no busco ningún puerto.
No tengo pena ni dolor alguno,
no tengo angustia ni desasosiego.
Perdí la facultad de preocuparme,
de discernir lo cierto de lo incierto,
y en esta niebla vago, felizmente,
por no ser responsable ya de nada.
EL CUADRO
Con tu silencio haré un cuadro
que contenga nuestros besos
nuestros soles apagados
mitad sombra y mitad fuego.
Y cuando la noche llegue
llena de tinieblas tristes
miraré este cuadro hondo,
hondamente silencioso,
de mi silencio en el tuyo.