El ala de tu beso es un ala que suena
igual que esas viejas cometas
que llevan tiempo guardadas
y parecen crujir al desplegarse.
Me besas y me llevas
presa en tu boca hasta mediodía
como esas letras que se caen de los renglones
y aparecen raídas en los bolsillos
cual migas diminutas.
En la comisura de tus labios resbalo
hecha un hilo de sueño
que tu animas
despiertas, muerdes, buscas
para llenar los huecos de las horas
como pasta de chicle, nicotina,
caramelo de café con leche
que baila lentamente en tu lengua
día tras día.
El ala de tu beso es un ala quebrada
que atestigua el recuerdo de mi fuga.
Manuela Vicente Fernández ©
Poema publicado en la revista Valencia Escribe, en el Número de Enero 2018
Bueno lo, cambio de tercio radical. Nos pasamos a la poesía. ¡Si es que, le das a todo! Yo, con los versos me atrevo en contadas ocasiones, ja ja
Pues me ha gustado el poema. Une dos elementos aparentemente poco relacionados. El ala que permite volar y el beso que retiene… Ahora que, no me extraña que haya fuga al final… Es que, eso de ser pasta de chicle, nicotina, caramelo de café o incluso pelotilla bolsillera… Al final, ni los besos más dulces, je je
Bueno, pues si no hay más… Hasta la próxima. Espero que pronto. Es un placer visitarte. Muchos besos, Manoli
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El ala que permite volar y el beso que retiene… Muy bien, Isidoro, para no meterte mucho en poesía, haces un buen análisis. Las rutinas son eso: chicles, cafés, caramelos de vez en cuando, y también bolitas o rotos en los bolsillos, c’ est la vie 😀 😉
Muchas gracias por tu visita (sin café, a menos que valga el virtual, jaja)
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