La máquina de hacer historias

 

Al despertar me había convertido en otra. Literalmente. No reconocí el lugar, un extraño almacén en el que dormitaban otras muchas mujeres más. En la pared pude ver el año que marcaba el calendario: 1976. Mes: septiembre. Lugar: Perpiñán. Poco a poco, pude ver como iban despertando las otras durmientes y preparándose para la tarea del día: la recogida de la uva ¡estábamos en plena vendimia! No podía creérmelo: había dejado mi tierra gallega para irme a trabajar al campo francés y me encontraba en uno de los almacenes junto a las temporeras… no podía ser. Cerré los ojos deseando viajar en el tiempo: ¡Y lo conseguí! Para mi extrañeza, al poco rato me encontré en una biblioteca. Año: 1998. Ante mi mesa pude ver, cuidadosamente extendidos, varios recortes de periódico. Uno de ellos atrajo al momento mi atención. El titular rezaba: «Para el año 2000 los sabios habrán limitado el sueño» ¡Vaya por dios, qué titular más trolero! ¿Es qué no había lugares más interesantes y épocas más fructíferas a las que viajar? Aún lo estaba pensando cuando sonó una alarma. Un estridente sonido que insistió e insistió hasta que logré localizarlo y apagarlo de un manotazo. ¡Estaba en mi habitación! El reloj digital marcaba una fecha 22/06/2018. No estaba en Francia. No había ninguna biblioteca. Ningún periódico encima de la mesa. Todo había sido una ensoñación. Eso me pasa por dormir tan poco, pensé. Ya sabía yo que lo de limitar el sueño no era una buena opción, sobre todo después de haber bebido tanto vino a la comida. Estaba en el Bic Naranja, en uno de sus Viernes Creativos, dónde sino.

 

Ficción basada en la foto, elaborada para los Viernes Creativos de El Bic Naranja

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