La luz del alba

A la luz del candil teje y desteje cojines, mantas. Borda sueños cuyos hilos invisibles no se atrapan.

Sale a volar cada noche. Sube a las altas montañas donde el silencio es de oro y de plata las palabras. Regresa al amanecer y entra despacio en la casa, arropa a sus dos sirenas y desteje sus pisadas.

Está en nuestros corazones. Quiere que abramos ventanas, que dejemos entrar aire puro y a ella irse con el alba.

A mi hermana T.

 

4 comentarios sobre “La luz del alba

  1. Nos cuesta amar y demostrar, sí, David, pero si estamos receptivos siempre encontramos por el camino a seres excepcionales que nos enseñan a hacerlo.

    Muchas gracias, compañero.

    :*

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