Un hombre importante

De Wenceslao Peralta podría decirse cualquier cosa menos que carecía de imaginación. Poco dotado en cuánto atributos físicos se refiere y con amplias lagunas sobre su incierto origen, suplía con mañas y trucos inexplicables sobre el escenario el arte que a otros les había sido enseñado.
Entre sus compañeros de circo, nuestro hombre pasaba sin pena ni gloria, prácticamente inadvertido hasta que había un desaguisado. Era entonces cuando el nombre de Wenceslao corría de boca y en boca como si la supervivencia de la compañía circense estuviese en sus manos. Y es que el nombrado lo mismo sabía improvisar un número que domar un tigre o arreglar la avería más complicada. Solo en esos momentos, en que era reclamado con tanta urgencia, Wenceslao se sentía grande, no se martirizaba entonces por sus piernas arqueadas y su condición de enano ni añoraba a los padres que nunca tuvo ni se preguntaba para qué diantres había venido al mundo. Mientras sus manos sujetaban el aro de fuego con firmeza ante las fauces del tigre o amarraba el arnés del equilibrista, Wenceslao era alguien.

MVF©

Minificción escrita para el grupo Viernes creativos de El Bic Naranja

La imagen puede contener: cielo, hierba, nubes, exterior y naturaleza
Fotografía: http://www.alejandroiglesia.com

 

 

 

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