Amargo café

Pintura: La autómata (Edward Hopper)

En algún café del mundo el tiempo se detiene. Una mujer bebe, a pequeños sorbos, el líquido negro y amargo. Hay alguien que la mira, que se pregunta qué piensa y observa sus autómatas movimientos. Pero la mujer no se da cuenta porque ya no está allí. Está esperando a que pase este momento en el que no tiene adónde ir. Pagará el café, en el instante siguiente,  y continuará su rumbo por las calles, pero no podrá recordar nunca el nombre de esta cafetería en la que su alma autómata se detuvo para tomar aliento.

Ejercicio basado en la imagen elaborado en el grupo: Nosotras escribimos.