Tontería al por mayor

Mi madre piensa que no sé lo que pasa. Qué manía les entra a todos los mayores con eso de apartarnos de sus asuntos. Que si no nos importa, que si no nos enteramos de nada, que si nos vayamos a jugar. ¡Cuidado, qué están los críos! ¡Venga, vosotros a lo vuestro! ¡Iros a jugar! Cuando les oigo me siento como si fuese una especie de marciano «¡Cuidado, que está el nene!» a veces me da por tirarlo todo para hacer ruido, o ponerme a patalear y llorar a grito tendido. Si soy eso tan peligroso que llaman niño tengo que comportarme como tal ¿no? Es como si de repente te saliese un grano enorme en la cara y al entrar en clase todo el mundo gritase: ¡Cuidado que tiene un grano! y de repente te empieza a escocer ese grano y lo ves al mirar a la punta de tu nariz con los dos ojos juntos como si el grano fuese una duna de arena que no te deja ver nada más. ¡Mamá que tengo un grano! y ella: ¡Anda, no me vengas con tonterías! ¡La de granos que tenía yo a tu edad! pues eso, que los mayores se lían con sus embrollos y nos lían a nosotros como si fuésemos el papel de fumar que usa el abuelo. Se creen que con gritar ¡Qué viene el niño! el mundo se va a detener y que con marcharnos a jugar ya no vamos a saber que no se ponen de acuerdo en nada y que ya no hay quién mande en casa ni en el país ni en el mundo que se va al garete por el agujero ese de la capa de ozono. El otro día pregunté en casa de la vecina que para qué servía un rey y mi padre me atizó una colleja, cuando yo solo quería escuchar una opinión distinta a la de ellos dos, que ni siquiera se ponen de acuerdo en darme una definición. Luego dicen que no me entero de nada y que meto la pata constantemente.

El mundo de los mayores está compuesto de intrigas, mucho peores que las del patio del colegio. Yo, lo que de verdad quiero es que me dejen en paz de una vez, si pudiese me pondría la capa de invisibilidad de Harry Potter, para poder andar a mi bola por casa sin que nadie grite constantemente: «¡Cuidado!» cada vez que entro yo.

(Minificción escrita para los Viernes Creativos del grupo EL BIC NARANJA)

Bailando

El día en el que Helen Carter se puso a hacer el número de Rita Hayworth en el tejado para pasmo y deleite de sus vecinos, era un día como cualquier otro. Las obras para la construcción de la central nuclear que arrasarían con su bonita y rústica casa ya eran del todo imparables. La compañía teatral con la que trabajaba antes de la pandemia no le había renovado el contrato, y el piso hipotecado que había heredado de sus padres había sido embargado por el banco al no poder asumir Helen los pagos restantes al carecer de nómina. Por suerte, aún conservaba un nutrido vestuario y, a cada guante que se quitaba, veía crecer el entusiasmo en los ojos y los bolsillos de los lujuriosos hermanos Babeux, que, coreando su actuación, hacían volar los billetes de sus carteras hacia el interior de la ventana abierta de su cuarto. Helen no sabía parar el mundo pero nada ni nadie podía impedirle bailar sobre el tejado.

 

Minificción elaborada para el espacio de los Viernes Creativos de El BIc Naranja

El Bic Naranja

 

Vasija rota

Su abuelo tenía el corredor de casa lleno de vasijas de barro. En ellas guardaba el aceite, la manteca, las hierbas secas. Con el tiempo las vasijas de cerámica fueron sumándose a las otras. Muchas veces, cuando nadie la veía, Milena repasaba con sus manos el suave y liso contorno de las vasijas, enamorada de su tacto frío. En las de barro se detenía en alguna pequeña grieta o imperfección rugosa y le gustaba fantasear con las manos del alfarero, distraídas ante aquel pequeño relieve. Cuando su madre se quedó embarazada, Milena tocaba su vientre redondo que le recordaba la forma de las vasijas, e imaginaba al pequeño ser que albergaba en su interior, formándose, en el torno de la matriz femenina. Cuando su hermano Antón nació, el abuelo necesitó de toda su colección de vasijas, que no bastaron para devolverle a su madre la salud por mucho que la mujer intentase, con tesón y voluntad, seguir caminando, la vasija de su vientre quedó rota y todas la imaginación de Milena se centró en fabricar prótesis.

Texto elaborado para los Viernes Creativos del grupo El Bic Naranja

MVF©

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Imagen por @glenmartintaylor

Jungla virtual

Debí haberlo sospechado pero mis despistes me impidieron atar cabos antes. Sabía que Mister me imitaba en todo; ya lo había visto varias veces con mi bolso al hombro y poniéndose alrededor del cuello alguno de mis chales. Supongo que me resistí a creerlo, por eso del ego y del celo que nos traemos los humanos con nuestros esquemas mentales. Primero fueron los juegos de Candy Crush, después un portal de citas en el que aparecía sin registrarme, pero el día en que cogí el móvil y vi en el buscador una receta de plátanos con chocolate lo supe: la inteligencia artificial había entrado en la reserva para quedarse.

Minificción elaborada para los Viernes Creativos de ‘EL BIC NARANJA’

 

La duda

El último hombre que quedaba sobre la faz de la tierra las vio venir de lejos y, conforme se iba acercando, se santiguó al ver sus expresiones idénticas: «¡Por el amor de Dios! ¿Serían todas muñecas o habría entre ellas alguna hembra?»

Minificción para los viernes creativos de El Bic Naranja 

Foto por: Sally Mann (http://www.sallyman.com)

La imagen puede contener: 2 personas, personas de pie y exterior

La espera

Atrapada en el balcón, seguía escuchando, eternamente,
el mismo estribillo:

«Para subir al cielo se necesita,
se necesita
una escalera grande
y otra chiquita…»

¿Y ahora qué? se preguntaba la niña

 

Micro inspirado en la foto, elaborado para los Viernes Creativos de EL BIC NARANJA

Montaje foto:  por los estudios Elmgreen&Dragset

 

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MANO A MANO

La naturaleza le habló. Le susurró en sueños. Le pidió que le pusiera manos para sujetar el desastre. Dedos para alzarlos y hacerse ver. «No soy protésico, dijo, soy tan solo un figurante, que talla la piedra en su taller» y entonces comprendió. Comprendió que hay manos que dirigen barcos y cambian destinos, dedos que teclean números y pulsan teclas rojas o verdes. Y cogió el cincel.

MVF ©

Foto: Escultura «Support» de Lorenzo Quin en el gran canal de Venecia.

La imagen puede contener: cielo, exterior y agua

Vuelo de pájaro

Solo era un punto, planeando en una sopa de letras, buscando desesperadamente un cuerpo sobre el que caer.

 

Minificción para los Viernes Creativos de El Bic Naranja (WordPress)

Propuesta Creativa basada en escribir un texto que no contenga la siguiente vocal:

 

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Un hombre importante

De Wenceslao Peralta podría decirse cualquier cosa menos que carecía de imaginación. Poco dotado en cuánto atributos físicos se refiere y con amplias lagunas sobre su incierto origen, suplía con mañas y trucos inexplicables sobre el escenario el arte que a otros les había sido enseñado.
Entre sus compañeros de circo, nuestro hombre pasaba sin pena ni gloria, prácticamente inadvertido hasta que había un desaguisado. Era entonces cuando el nombre de Wenceslao corría de boca y en boca como si la supervivencia de la compañía circense estuviese en sus manos. Y es que el nombrado lo mismo sabía improvisar un número que domar un tigre o arreglar la avería más complicada. Solo en esos momentos, en que era reclamado con tanta urgencia, Wenceslao se sentía grande, no se martirizaba entonces por sus piernas arqueadas y su condición de enano ni añoraba a los padres que nunca tuvo ni se preguntaba para qué diantres había venido al mundo. Mientras sus manos sujetaban el aro de fuego con firmeza ante las fauces del tigre o amarraba el arnés del equilibrista, Wenceslao era alguien.

MVF©

Minificción escrita para el grupo Viernes creativos de El Bic Naranja

La imagen puede contener: cielo, hierba, nubes, exterior y naturaleza
Fotografía: http://www.alejandroiglesia.com