Algunas veces besas como si el mundo se acabase
como si tu hambre fuese
más grande que la tierra y yo existiese
en el centro de ti y te arrancase de toda la materia.
Algunas otras lloras como si el mundo no estuviese
ni te hallases en mí ni me encontrases
buscándote en mi huida.
Y tantas veces vuelves con las manos vacías,
con los ojos ausentes, cansado de encontrarme
tan perdida…
Bellas líneas.
Me identifico mucho!
Saludos!
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Gracias, Jhoanna. Me alegra que te guste. Un saludo.
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El eterno retorno. El bucle infinito de los sentimientos contrarios, el «ni contigo ni sin ti», el fuego y el hielo… y un amante paciente. Muy bueno, Manoli.
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Tal como has dicho, David: Un bucle sin fin…
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Me ha encantado, muy bonito y triste a la vez 🙂
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Gracias, Rocío. 😉
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