Viajes

 

Foto: René Maltête

 

En todas partes, y no solo en Venecia, hay mujeres sirenas. Mujeres que, al llegar la noche, se llenan de escamas, sus piernas se unen en una larga cola de pez plateada. Esas mujeres, pocas, bajan a las profundidades. Y encuentran marineros perdidos, que están a punto de ahogarse. Los salvan del abismo del mar, despejan la sal de sus bocas, peinan sus cabellos enmarañados. Los conducen hasta la orilla, mientras susurran canciones en sus oídos, dulces canciones que les regresan de sus siniestros, de sus escarpados viajes. Yo conocí una vez a una sirena, cuando estaba a punto de ahogarme. La conocí y le pedí que se quedase conmigo. Y ahora, en las noches más oscuras, descendemos los dos a bañarnos.

Texto elaborado para la página Esta Noche Te Cuento bajo la temática: «Sirenas»

ENTC

 

 

2 comentarios sobre “Viajes

  1. ¡Ay las sirenas! La perdición de los incautos marineros, según algunos. Ninfas salvadoras para otros. Y ellas solas con su dilema, tener piernas para ser mujer o cola para ser pez. Me gustan los cuentos de sirenas. ¿A qué marinero no le gusta pensar que existen esos seres, capaces de llevarlos de la mano, hasta el azul profundo?
    Besos

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  2. Las sirenas responden al arquetipo imaginario del náufrago, que busca una tabla de salvación ante el miedo de sumergirse en el mar, pero también ellas, tal como dices, tienen su lucha y sus dudas, de navegar libremente o aferrarse a las rocas.

    Besos.

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